Físicos de la Universidad de Bonn están viendo las cosas bajo una luz completamente nueva, literalmente. A través del uso inteligente de espejos y algo de ciencia, los investigadores han creado una fuente totalmente nueva de la luz por fotones de refrigeración hasta el punto que se condensan en un súper fotón.

Súper Partículas han sido creadas antes, pero nunca fuera de la luz. Por ejemplo, tener átomos de rubidio en una temperatura suficientemente baja y en un espacio reducido, rápidamente se vuelven indistinguibles, comportándose como una sola partícula (conocida como condensado Bose-Einstein).

Y en teoría, esto debería funcionar también con fotones. Pero no es así, porque si se comienzan  a enfriar los fotones, estos desaparecen. Tal vez era de esperarse, porque la luz no enfría muy bien.

Piense en un foco de luz, si se aplica una corriente, el filamento se calienta y comienza a emitir luz de diferentes colores, rojo, luego amarillo y luego azul. Los científicos miden este tipo de luz y calor en un modelo teórico conocido como un cuerpo negro, permanece en la oscuridad hasta que se calienta a una temperatura determinada, donde comienza a emitir luz en diferentes longitudes de onda dependiendo de la temperatura.

Cuando un cuerpo negro se enfría, en algún momento ya no irradia la luz en el espectro visible, emitiendo fotones infrarrojos en su lugar. Ahí radica el problema con los fotones, disminuir la intensidad de la temperatura y la radiación, eso también lo hace el número de fotones, mantenerlos juntos en cantidad mientras se están enfriando.

La clave para mantener la forma de los fotones disipándose es mantenerlos en movimiento. El equipo de la Universidad de Bonn utiliza espejos para hacer rebotar los fotones de ida y vuelta entre dos espejos. De vez en cuando los fotones chocan con las moléculas de pigmentos disueltos que se colocan entre las superficies reflectantes, las moléculas absorben los fotones en esencia y los escupen en cada colisión. Pero con cada choque, los fotones lentamente asumen la temperatura de los pigmentos de las moléculas, enfriándolos entre sí a temperatura ambiente sin que se pierdan en el proceso.

Dejando la física de lado, el descubrimiento es muy, pero muy bueno, por una variedad de razones. En particular, es un tipo totalmente nuevo de la luz con gran alcance industrial, especialmente en el sector de la fabricación de chips. En la actualidad, el láser no se utiliza en longitudes de onda corta como rayos UV y rayos-X. Con un fotón condensado los investigadores dicen que esto debería ser posible.

La incapacidad para grabar chips con láser en las longitudes de onda más corta ha limitado la precisión con que se pueden diseñar circuitos de silicio. Un grabado más fino da como resultado microchips de mayor rendimiento, y esto es sólo el comienzo. Cuando se crea un nuevo tipo de luz, todo, desde imágenes médicas y la espectroscopia de laboratorio para la energía fotovoltaica podrían beneficiarse.

Fuente: Popsci