Antes de presentar un nuevo producto, las compañías realizan una serie de pruebas, desarrollan prototipos, o simplemente consideran la implementación de cierta tecnología que, finalmente, no termina incluida en el equipo final. Un ejemplo de ello lo encontraremos en lo que pudo ser el DualShock 4, el control de la nueva consola de videojuegos de Sony, la PlayStation 4.

Como bien sabemos, el DualShock de nueva generación presenta cambios respecto a la versión anterior, no solo en su diseño o forma, sino también en la inclusión de algunos sensores, botones, y demás que ya conocemos. Pero, algo que también pudo estar en el DualShock 4 es una especie de sensor biológico, que detectaría, de alguna forma, cómo se sienten los jugadores al sostenerlo entre sus manos.

Según el propio Mark Cerny, arquitecto principal de la PlayStation 4, durante la etapa de desarrollo del DualShock 4 de la PS4, la compañía japonesa probó una versión del control que incluía un sensor biofeedback, o de respuesta biológica, que servía para detectar qué tan estresado estaba el jugador, basándose en la manera en que sudaban sus manos. Es decir, casi la misma tecnología que se utiliza en los polígrafos, máquinas más conocidas como detectores de mentiras.

'Tuvimos un largo proyecto de investigación en el que, prácticamente, probamos todas las ideas que se nos ocurrían. ¿Ayudaría a medir la respuesta galvánica de la piel? Probamos una cantidad enorme de cosas, y luego, acudimos a los equipos de juego para preguntarles en qué pensaban que se podía utilizar eso en el control', contó Cerny.

¿Se imaginan al mando de la PlayStation 4 con un sensor así? Felizmente no llegó a pegar la idea que tuvieron, aunque, por supuesto, que nadie se sorprenda si, en la próxima generación de la consola, aparece esta especie de detector de mentiras integrado en el control.

Fuente: Gizmodo