Cuando el hombre no puede controlar lo que él mismo causa, tiene que intervenir la sabia naturaleza. Un ejemplo de ello es lo que se ha descubierto recientemente. Es que según un estudio medioambiental, las erupciones volcánicas han permitido que, durante la década pasada, el calentamiento global no se propague como se estimaba.

Esto porque, según los expertos, las partículas que los volcanes lanzan a la atmósfera (incluso los volcanes más pequeños) ayudan a expulsar cierta cantidad de azufre que, como sabemos, es uno de los gases que impide que los rayos del sol se reflejen en la Tierra, y que, por el contrario, los retiene, haciendo que las temperaturas aumenten.

Ahora, lógicamente no siempre los volcanes se encuentran en erupción, por eso no podemos dejarles a ellos la tarea de cuidar nuestro planeta. Esta es solo una especie de ayuda natural para poder reducir el impacto que tendrá, de todas maneras, el calentamiento global en la Tierra.

Ustedes ya saben cómo pueden ayudar a conseguir esta tarea. Es solo cuestión de poner en marcha todos los consejos que recibimos sobre este tema. Tomemos lo de los volcanes como un estímulo para hacer lo mismo desde nuestras posibilidades.

Fuente: American Scientist