Esto sólo puede pasar Japón, y es sólo en este país donde se puede ver a una simpática robot que pide limosnas. Lo más interesante es que DONA (así se llama) interactúa con las personas que pasan por su lugar, levantando la mano para pedir algo de caridad. Y si eres una persona de corazón duro, DONA simplemente te quedará mirando hasta que no puedas más con el remordimiento y entregues tu caridad, la cual ella agradecerá con mucho respeto, como suele suceder en la cultura japonesa.

Mejor quédense viendo este vídeo que demuestra el encanto de DONA. ¿Y cómo decirle que no? Disfrútenlo:

Fuente: coedmaganazine