En Lima, Perú, cuando empieza la temporada de verano, los limeños solemos visitar las playas del sur para pasar un día agradable, gozando en el agua del mar mientras nos refrescamos ante los imponentes rayos del sol. Y si es que ustedes, queridos lectores, viven en la capital de nuestro país, lo más probable es que, en una de sus visitas a la playa este verano, se hayan topado con un panel publicitario muy peculiar, ubicado en el kilómetro 89.5 de la Panamericana Sur, que no solo ha llamado la atención de los peruanos, sino también del mundo entero.

Y no estoy hablando de un panel publicitario en el que hay una bella modelo en bikini, posando muy sexy con alguna bebida que alivie la sed, sino que, me estoy refiriendo a un panel colocado por la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC), con el que busca incentivar a los jóvenes a postular a esa casa de estudios. Sí, seguro que ya saben a cuál me refiero: al panel publicitario que es capaz de convertir la humedad del aire en agua potable, para satisfacer parte de la necesidad de los pobladores aledaños a su ubicación.

Para poder hacer esa conversión, el panel cuenta con 5 máquinas detrás de él que hacen el trabajo, y que, más o menos, consiste en lo siguiente: El aire que pasa por el panel viaja por un filtro que retiene las primeras impurezas. Luego, ingresa a un condensador de humedad para terminar en una serie de filtros de carbono, que purifican el líquido resultante del proceso (este sistema se llama ósmosis inverso) para que sea, finalmente, agua potable.

Entonces, el agua que se ha 'producido' es almacenada en un tanque capaz de soportar hasta 96 litros, y que llega a los consumidores por medio de un grifo en la base del panel, que puede ser usado libremente.

Sin duda, se trata de un claro ejemplo de 'Ingenio en acción', como reza el eslogan de la UTEC. ¿Qué les parece a ustedes? Esperamos que, tras la finalización del verano, este panel publicitario continúe con su funcionamiento, o que se busquen nuevas maneras de proveer agua potable en la ciudad.

Fuente: Ecoinventos