Los avergonzados oficiales militares de los EEUU han tenido que admitir que datos de alto secreto se almacenaron en un servidor público, un lugar desde el que podían ser descargados por cualquiera.

La información, que en malas manos podría suponer la muerte de tropas estadounidenses, incluía los detalles de una base militar en el sur de Iraq y capturas de dos bases aéreas a las afueras de Bagdag. Por lo visto las investigaciones de Associated Press sobre servidores que mantienen agencias y empresas involucradas con la guerra en Iraq y Afganistán o el ejército dieron con una gran cantidad de archivos sobre que los oficiales se negaron a dar información cuando se les preguntó sobre ellos.

El Cuerpo de Ingenieros de la Armada tiene un gran plan B. Les pidieron a los chicos de AP que retiraran esos datos encontrados en el servidor de una de las empresas asociadas. Suponemos que también les han pedido lo mismo a los terroristas.

Afirman haber cambiado su política de gestión de datos desde entonces, pero una semana después AP logró descargar 61 páginas de fotos, gráficos y mapas esquemáticos de algunas características de seguridad de la Tallil Air Base, situada fuera de Nasiriyah al sudeste de Iraq.