Una de las ventajas que Sony mantiene sobre Microsoft al hablar de sus nuevas consolas de videojuegos, la encontramos en el precio. Es que, mientras la PlayStation 4 salió al mercado a US$400, la Xbox One se vende a US$500, y todos sabemos que un ahorro de US$100 es mucho más que importante.

Sin embargo, se ha descubierto que la razón de Microsoft para pedir US$100 más por su Xbox One, no radica, precisamente, en su afán por querer ganar más dinero, sino porque, efectivamente, fabricar la Xbox One exige una inversión de US$90 más que lo necesario para producir la PS4.

Según lo estimado por la compañía IHS, las partes que componen la Xbox One tienen un precio total de US$471, mientras que los componentes de la PS4 son calculados en US$380. Pero, ¿qué es lo que hace a la Xbox One US$90 más costosa de producir que la PS4? Nada más y nada menos que Kinect.

Así es. La nueva generación de Kinect, que viene incluida en la caja de la Xbox One, tiene un precio de producción de US$75, y ahí es donde, principalmente, se dibuja la diferencia en el precio de ambas consolas.

Como bien recordarán ustedes, Sony no incluye la cámara de la PlayStation 4 dentro de la caja de esta consola, sino que la vende por separado, mientras que Microsoft ha considerado que la experiencia que puede brindar Kinect con la Xbox One es completamente necesaria para el disfrute de los usuarios.

Fuente: RedmondPie