Sin querer, muchos de los inventos y avances tecnológicos nos terminan sirviendo para lograr muchas más tareas que las que originaron su invención. Por ejemplo, no creo que cuando se desarrolló la pantalla táctil, los encargados de su elaboración hayan pensado que en el futuro podría servir también como una excelente terapia para el autismo.

Ted Conley es padre de un niño con autismo, pero al ver que ninguno de los métodos indicados por el médico especialista surtía efecto alguno en su hijo, decidió que era tiempo de que él mismo haga algo al respecto. Y no se le ocurrió mejor idea que la de elaborar una aplicación para su iPad que reemplace los dispositivos que se usan comúnmente para tratar el autismo.

Él fue capaz de crear una serie de aplicaciones para el iPad que le permitieron a su pequeño de tres años señalar palabras y oraciones con solo tocar imágenes en la pantalla táctil del iPad.

Su línea de aplicaciones para tratar el autismo y otras condiciones especiales se llama "TapSpeak", y en poco tiempo se ha convertido en una de las más usadas como terapia.

Para los expertos, el uso de la pantalla táctil hace que los niños que ven las imágenes allí reflejadas las sientan más cercanas que las que se les presentan en papel. Y para los chicos más crecidos, el uso de una tablet en lugar de un aparato especial, los hace sentir más cómodos. Además, con la pantalla táctil de estos dispositivos, ellos ya no tendrán el problema de entender la conexión entre un teclado o mouse, con el movimiento que aprecian en la pantalla.

Una gran manera de aprovechar mucho mejor la tecnología.

Fuente: Silicon Valley