La joven novia, procedente de Italia, pidió una indemnización de 23.000 euros a la tienda que confeccionó su vestido de novia, alegando que le arruinó la boda, al descoserse totalmente, quedando semidesnuda ante todos sus familiares e invitados.

Ayer se dio el juicio, en el que la novia exigió esa cantidad de dinero, afirmando que no pudo tomarse fotos aquel día, debido al problema. El matrimonio se dio en el año 2006, a las pocas semanas la pareja se separo.