En lo que muchos han llamado 'el accidente de autos más costoso del año' y también 'un choque entre narcisistas', un increíble accidente de alto vuelo se ha dado en una autopista de Japón. El resultado es catastrófico por donde se le mire.

La pérdida es millonaria: en total el accidente ha significado una pérdida de 3.85 millones de dólares. ¿Los participantes? Ocho Ferraris, tres Mercedes-Benz y un Lamborghini fueron las joyitas que terminaron en el deshuesadero, entre un total de 14 vehículos que se dirigían en un convoy desde Kyushu a Hiroshima.

Los superautos se dirigían para lo que probablemente sería un encuentro de autos exóticos, y al parecer en un tramo muy angosto de la autopista Chugoku Expressway, el auto que iba adelante (un exuberante Ferrari F430 Scuderia manejado por un hombre de negocios de 60 años) perdió el control y es allí cuando comenzó el millonario desastre. Según informaciones de algunos testigos, el convoy se habría estado desplazando a una velocidad de entre 140 y 160 kph. Iban con relativa prisa, pero nada fuera de lo ordinario para estas bestias de la velocidad.

El convoy además incluía autos tan exquisitos como un Lamborghini Diablo, un Nissan GT-R y un Mercedes-Benz CL 600. Sin embargo, a pesar del gran choque, los conductores no eran mocosos. Según la policía, los conductores de estos superautos estaban entre los 37 y los 60 años, y obviamente tenían mucho dinero. En Japón, hasta los Ferraris usados pasan del millón de dólares y no se han vendido más de 500 Ferraris en el año anterior, solo para darse una idea de la clase de "grupito" exclusivo que era este.

"Nunca he visto algo parecido", dijo el policía de autopista Eiichiro Kamitani en declaraciones a los medios. "Los Ferraris nunca viajan en tan grandes cantidades".

El accidente bloqueó la autopista por seis horas, mientras los efectivos de la policía trataban de esclarecer los hechos y retirar todo el desastre causado.

El generador del accidente podría pasar tres meses en la cárcel o pagar una fianza de 1,280 dólares como máximo. Eso sería como robar un banco y pagar un caramelo de fianza, pero así de fácil lo tienen los opulentos. Mientras tanto, disfruten el vídeo de lo ocurrido:

Fuente: wired